MANIFIESTO
Estoy a favor de un Arte Visual de calidad, que muestre perfección y virtuosismo ya sea en su elemento matérico o soporte, así como en su discurso o sintaxis connotativa. Creo en un Arte fundamentado en el acto humano consciente y volitivo, basado en la razón e inteligencia, en el uso de la maestría en las propias habilidades y del entendimiento de los materiales y sus múltiples posibilidades para la consecución de la obra, así como en el ejercicio de las más altas capacidades para interpelar con la propia construcción plástica a sus semejantes.
Quiero dejar claro que estoy convencido que ni la Estética como tal, ni el valor artístico del objeto o pieza de arte son intrínsecos a sí mismos, mas sin embargo, necesitan de estos para subsistir. La obra no es mas que ese " algo" continente y depositario de la armonía semiótica que se ha dejado anclada en él. Lo inmaterial es lo substancial y trascendental, es en si lo que nos permite contactar de humano a humano, entendernos e ir más allá de nosotros, de nuestra sociedad y cultura, así como saltar edades y tiempos. Es así pues que declaro que la pieza es solo medio del verdadero acto estético, humano y creador.
Para mi la actitud y pauta del artista en el momento de la gestacion y producción de la pieza de arte, debe de ser la misma que se tiene en el arte de la arqueria, es indispensable tener plena consciencia y libertad; se tendrá que adquirir la perfección en la técnica como paso básico, mas se buscará no pretender que la atencion se centre en ello no se llegaria así a nada sino a la dureza. La maestría o genialidad solo se logra cuando se rebasa este aspecto y se consigue romper la falsa creencia de dualidad y contraposición entre el creador y la obra, la sensación de dos entidades separadas; alcanzar la consciencia de unidad, no de forma intelectual ni metaforica, sino existencial o experiencial, es la meta en el logro de la producción artistica.
Es en ese momento y solo así cuando el discurso connotativo o metadiscurso se logra incubar en el sustrato materico de la obra, de manera organica y natural, que no artificiosa; y se obtiene la armonia estetica. De nada sirve poner argumentos o intelectualizaciones a la obra de arte para tratar de forzar el sentido o redireccionar el discurso intrinseco que hay en esta; dicen "que por mucho que se arrope a Chita, no dejará de ser chimpance". Las presentaciónes, aclaraciones, declaraciones y resumenes lo único que nos demuestran si son necesarios es la vagedad de el trabajo presentado y su poca solidez.
Cada cultura y sociedad tiene sus tiempos y procesos, de la misma forma que sucede con los individuos, y solo se gana experiencia a través de la propia experiencia y conocimiento por medio de la propia reflexión. La Artes no pueden estar ajenas a lo anterior, y es por ello que es imposible pensar en un arte americano (latino o anglosajon) paralelo o equiparable, ajustado o similar a el europeo o asiatico; aunque compartimos historias que se entrelazan, nuestro devenires y escenciales culturales difieren sustancialmente, nuestras bigrafias culturales e historicas hablan de diferentes personajes y familias. Por esto digo que el verdadero arte mexicano contemporaneo, no puede salir sino de su propia veta y raigambre, si es que quiere ser genuino y ser universal; esto no significa que no se pueda y deba de nutrir con lo diverso, ello seria una gran torpeza, mas es totalmente degradante dedicarse a hacer simils y refritos.
En un principio el Hombre creo a Dios y le otorgo fuerza y poder para que gestara y diera inicio a las cosas tal como son, con su orden, belleza multiplicidad y complegidad; le sembró sabiduria para poner contrapesos y limites, para que todo tubiese un lugar, le regalo la eternidad para que hiciese un universo interminable, le permitio hablar con él hasta que descubrio las Artes, esa forma de dialogo profundo. desde entonces Dios se quedo en su cielo y el hombre se reencontro a si.